miércoles, 9 de abril de 2008

El Partido Socialista es el Pueblo Militante.

Chile vive un momento crucial de su historia. Estos días sólo admiten comparación con los gloriosos
tiempos de la gesta emancipadora de 1810 y con los trágicos meses que culminaron con el suicido
del Presidente Balmaceda, quien inmoló su vida en defensa de las riquezas nacionales.
Esta vez estamos luchando por nuestra segunda y definitiva independencia.
Queremos hacer de nuestra patria una nación libre y soberana en lo político, en lo económico, en lo
social y en lo cultural.
Esta tarea no puede lograrse sin inmensos sacrificios, sin una gran disciplina colectiva y sin una
resuelta voluntad revolucionaria. Nuestro camino hacia el socialismo surge de una realidad nacional
absolutamente propia y, en consecuencia, debe adaptarse a ella. Las experiencias revolucionarias
ocurridas en otros países nos aportan enseñanzas inestimables. Pero, en definitiva, nuestra
Revolución deberá ser producto del genio creador del pueblo chileno. En consecuencia, la política
revolucionaria seguida por el Gobierno de Salvador Allende es el resultado de decisiones autónomas
y democráticas del pueblo mismo. La lucha por la construcción del socialismo no está subordinada a
ningún centro de dirección política externa ni acepta otro modelo revolucionario que no sea aquel
que surja de la voluntad colectiva de los trabajadores y de la singular naturaleza de nuestra historia.
La política del Gobierno Popular está destinada a convertir al pueblo chileno en protagonista y
usufructuario del desarrollo cultural, social y económico y está inserta en el contexto del proceso
histórico nacional.
Sedición oligárquica
El triunfo electoral no significa la culminación de un proceso sino su comienzo. Hemos prometido
transformaciones reales y profundas en las estructuras vigentes. Sin embargo, al iniciarse el
cumplimiento de estos objetivos los sectores reaccionarios no han vacilado en recurrir a las más
obscuras maniobras para frustrar esta magna tarea histórica.
No se han detenido ante nada. Impulsaron la siniestra campaña del terror, intentaron provocar un
caos financieros, desprestigiaron al país en el exterior, planearon y consumaron el asesinato del
Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider, propagaron noticias alarmistas y armaron
bandas de mercenarios terroristas dispuestos a llevar al país al borde mismo de una guerra civil.
La sedición oligárquica continúa acrecentándose y la insolencia de sus personeros alcanza límites
intolerables. Frente a esta situación el Partido Socialista reafirma su inquebrantable decisión de
cumplir con el Programa de la Unidad Popular y enfrentar sin vacilaciones la enconada resistencia
enemiga.
Mistificación reaccionaria

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