miércoles, 9 de abril de 2008

Carta del Comité Central del P.S.al






Santiago, 1° de diciembre de 1943.
Camarada Carlos Contreras Labarca
Secretario General del Partido Comunista
Presente
Estimado camarada:
El Partido Socialista estudió, con especial interés, en su último Congreso General realizado en
Valparaíso en agosto próximo pasado, la situación política chilena, ante los trascendentales
acontecimientos que se desarrollan en el mundo con motivo de la guerra y las innegables
consecuencias de orden social y económico que ella está produciendo y las que, necesariamente ha
de originar en el futuro, como lógico resultado de los cambios sociales que ha traído el conflicto, de
las nuevas relaciones financieras y políticas entre los pueblos, de las medidas económicas que los
gobiernos de las democracias combatientes se han visto obligadas a tomar y, sobre todo, por la
influencia de los sectores populares y de las clases obreras que ha sido ganada con ejemplar actitud,
tanto en el frente interno como en los campos de batalla, lo que ha contribuido en forma tan
terminante a la seguridad de ganar la guerra.
Dentro de este orden de ideas, el Partido Socialista no pudo menos de considerar el fracaso de
algunos partidos tradicionales, en los cuales las contradicciones sociales y económicas de sus
componentes, han anulado toda acción definida, lo que ha dificultado el avance de las masas
populares hacia las soluciones de orden económico que la transformación del mundo impone. Este
planteamiento evidenció la necesidad de superar esta etapa y para ello, el Congreso estudió la
posibilidad de la unificación de los Partidos Populares como una manera de acrecentar su desarrollo
e influencia y eliminar lo que permitiría romper el estancamiento político en que vivimos y darle al
movimiento social, el contenido y el vigor doctrinario que permita la solución de sus necesidades y el
progreso del país.
La realización de esta idea se veía grandemente facilitada por la reciente disolución de la III
Internacional que, al liberar al Partido Comunista chileno de una tutela —que lo había hecho
preocuparse básicamente del problema internacional, desde el punto de vista exclusivista y
absorbente de la URSS, olvidando, a veces, los intereses del movimiento obrero chileno— lo coloca
en la posibilidad de integrar esta nueva organización con la independencia y el sentido nacional de
otros partidos. Fue así que se acordó aceptar la concepción teórica de formar un Partido nuevo,
admitiendo, sí, que este proceso de unificación debía ser la culminación de una etapa de madurez
política. Dispuso entonces que el Comité Central del Partido Socialista planteara al Partido Comunista
las bases de un entendimiento común, como etapa previa, y considerando para ello, las divergencias
de orden doctrinario y táctico que habían evidenciado ambos, desde la fundación del Partido
Socialista.

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