miércoles, 9 de abril de 2008

El Partido Socialista en la lucha Mundial y Continental por el Socialismo

Informe básico sobre la situación internacional
1. La posición internacional del socialismo es el aspecto básico de su línea política, por cuanto el
socialismo mismo como ideología y como realidad es un producto de la internacionalización objetiva
del mundo creado por el capitalismo. El socialismo no podrá realizarse nunca como sistema de
convivencia humana, sino en la medida que se universalice y la lucha por el mismo tiene en
consecuencia un carácter internacional insoslayable.
Los intentos de elaborar una línea política construyéndola sobre supuestos fundamentalmente
nacionales y de construir cabalmente el socialismo o el comunismo en un solo país o región, por
vasta que sea, generan necesariamente deformaciones en esa línea, o esa, construcción, que crean
intereses contrarios al socialismo integral.
Por ejemplo, el intento de desarrollar las economías de los países atrasados desde adentro, debe
conjugarse con el hecho fundamental de que la causa de su atraso en lo sustancial deriva del hecho
de que la estructura económico-social del mundo impide que la riqueza ya generada por el
capitalismo se utilice racionalmente en beneficio universal. Resulta así que la mejor contribución a
nuestro desarrollo es la lucha por derrotar al imperialismo en el mundo.
2. En la actualidad, dentro de las tres grandes contradicciones en que se manifiesta la pugna entre
capitalismo y socialismo, a saber, antagonismo entre burguesía y proletariado dentro de los países
capitalistas; antagonismo entre el sistema de estados socialistas y los estados capitalistas; y
antagonismo entre el imperialismo y los movimientos nacionales y revolucionarios de los países
dependientes, aquella que ahora cobra mayor relevancia y cubre y envuelve a las otras dos, es la
pugna entre imperialismo y antiimperialismo.
Ello se debe en primer lugar a que dentro de los países capitalistas, especialmente aquellos más
avanzados, el movimiento socialista revolucionario se encuentra detenido en su desarrollo por la
mayor o menor inserción de la clase obrera de esos países dentro del orden establecido y sólo una
crisis general del capitalismo, que no se divisa debido a los mecanismos que éste ha desarrollado
para conjurarla o atenuarla; o el impacto en su seno de la revolución triunfante en el resto del
mundo, pueden nuevamente ponerlo en acción.
En segundo lugar, ello se debe a que los intereses específicos y particulares de los países socialistas
los llevan a sostener una política de coexistencia pacífica con el capitalismo que embota también esta
contradicción, además que las condiciones creadas internamente por esa competencia originan
tendencias revisionistas en su seno que atemperan el vigor de la solidaridad internacional socialista.
En estas circunstancias, la contradicción que resulta más aguda y con tendencia a agravarse cada vez
más, es la que se manifiesta entre los pueblos retrasados que luchan por liberarse política y
económicamente y el imperialismo, que los mantiene en esa condición.

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